• Sin la propiedad privada no existe prosperidad.
  • Y mejor que esa propiedad privada sea pequeña.
  • Cristianizar es también que Europa recupere el derecho a la vida y rejuvenezca su población.
Me dice un lector que al hablar a nueva Europa (ahora que estamos en periodo re-fundacional) solo habla de cristianizar y que eso nunca podrá ser, por sí mismo, un programa político, ni nacional, ni supranacional. Discrepo: cristianizar es un programa político en toda regla, aunque la filosofía cristiana permita al creyente una gran capacidad de elección en todo aquello que no contradiga sus principios. Pero estoy de acuerdo en que se puede concretar esa re-cristianización. De entrada, tener más hijos. Europa carece de vitalidad y se ha convertido en un continente de viejos y una sociedad de viejos es una sociedad condenada a la miseria. Más propiedad privada pequeña. Lo que exige menos impuestos. O fomentamos lo pequeño o Europa estará condenada a ser colonizada… por sus propios prejuicios o por terceros. La respuesta está en todo un revolucionario de comienzos del XVIII: William Cobbett (en la imagen): sin la propiedad privada no existe prosperidad, porque el hombre es siervo. Lo único que acompaña a la libertad es la propiedad. Eso y, naturalmente, el principio cristiano fundamental en la vida pública: la persona es sagrada, intocable, más importante que el conjunto de la humanidad. Por tanto, o Europa recupera al derecho a la vida, que ha perdido… o no hay salida. Por si Merkel y Hollande aceptan sugerencias. Eulogio López eulogio@hispanidad.com