Suprimir los aforamientos es el chocolate del loro de la regeneración. Yo no tocaría la Constitución en este momento.

Pero el señor Sánchez vive para su 'nueva era', que tiene toda la pinta de terminar en 'new age'. Es entonces cuando, para que se olvide su tesis doctoral (y créanme, no se va a olvidar), el presidente del Gobierno socialista saca a relucir eso de los aforamientos, que no deja de ser el chocolate del loro de la famosa regeneración democrática.

Pero se trataba de superar el asunto de la tesis doctoral.

Hay que ser insensato para abrir ahora el melón constitucional

Pues bien, yo creo que el desaforamiento debe afectar a todos los políticos y a todos los jueces. Pero, además, dado que son elegidos por el pueblo, deberían ser juzgados por el pueblo, por un jurado popular.

Eso sí, en los tiempos que corren hay que ser insensato para abrir el melón constitucional. Pero si algo caracteriza a los hombres de la 'nueva era' es su insensatez. 

La única medida eficaz contra la corrupción es limitar los mandatos de los políticos a ochos años y sin reenganche

Y al fondo, todo este puritanismo de lucha contra la corrupción, donde los más hipócritas no son los corruptos –y a veces son inocentes-, sino los puritanos que les persiguen.

¿Quieren ustedes evitar la corrupción? Hagan de la política un oficio corto, máximo para ocho años. Y nada de pasar de cargo a cargo: a los ocho años a casa.