La Navidad es un credo que ha forjado en ambiente. Si no eres cristiano puedes prescindir del credo pero no puedes prescindir de su origen ni pervertir el ambiente.  

Además, toda su manifestación ambiental de Navidad tiene un origen cristiano. El árbol no es más que la vieja tradición teológica, que nos remonta a Santa Elena, la madre del emperador Constantino, del árbol de la cruz… donde estuvo clavada la salvación del mundo… salvación que se inicia con la Encarnación, en Navidad.  

Y el bueno de Papá Noel no es más que Santa Claus, que no es otro que San Nicolás de Bari, patrón de los niños. Un personaje igual de histórico que los Reyes Magos (aunque no fueran ni reyes ni magos) o como muy lógico resulta que se dediquen a traer juguetes a los chavales.

Papá Noel no es más que Santa Claus, que no es otra cosa que el muy histórico San Nicolás

Así que de Felices Fiestas, nada. En todo caso, Feliz Navidad. Y ya molesta un poco lo de esas empresas e instituciones que pretenden festejar algo así como el solsticio de invierno para no ofender sensibilidades y entonces felicitan estas pascuas con un ‘season’s greetings’, en alusión, digo yo, al solsticio de invierno o a cualquier otra memez.

Verbigracia, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, a cinco meses de la elecciones, ha dejado de tocarle los cataplines a los católicos y ha colocado un par de tapices en la Puerta de Alcalá, con motivos de eso, de que la Navidad no es otra cosa que el cumpleaños de Cristo. Más que nada para que, a cinco meses de las elecciones, los católicos dejen de sustituir la labor del Ayuntamiento colocando sus propios belenes, como hicieron el pasado año, con lo que nuestra podemita alcaldesa quedó en evidencia.

Y es un buen ejemplo, porque resulta que la señora alcaldesa luego coloca la bandera gay en el Ayuntamiento. Asegura que no colocó el belén estos años porque no todos los madrileños son católicos. Y diga, señora alcaldesa, ¿todos los madrileños somos homosexuales?

En cualquier caso, el ataque es claro: se trata de pervertir la Navidad. No lo van a conseguir y la derrota será tremenda cuando los católicos reaccionen… y vivan la Navidad, el cumpleaños de Cristo.