• A éstas quién las ha engañado?
  • Al parecer, la culpa de todo la tuvo Mary Poppins.
Lo decía la señora de la casa donde trabajaba la bruja, bueno, hada marina, Mary Poppins. Recordarán que nuestra buena señora era sufraguista. Volvamos al presente. Una joven ejecutiva es uno de los grandes bancos españoles, tres hijos, jornada laboral de 12 horas, ve Mary Poppins con sus hijos y brama cuando escuchaba las reivindicaciones de las sufraguistas: ¡Esta tiene la culpa de todo! No de que la mujer vote, claro está, ni de que la mujer estudie tanto y más que el varón, que en eso todos estamos de acuerdo menos el ISIS, sino del doma social de que la mujer que no trabaja fuera de casa, o que se dedica a educar a sus hijos es una idiota. Porque resulta que nuestra ejecutiva no da abasto entre lo uno y lo otro y se pregunta cómo tantas otras, quién le engañó. O como diría Chesterton: "200.000 mujeres, no queremos que nadie nos dicte. Y acto seguido van y se hacen dactilógrafas". No vaya a ser que hayan roto sus cadenas para poder atar a un mayor número con trozos más pequeños. Eulogio López eulogio@hispanidad.com