• El drama del mundo actual nos lleva a lo de siempre: el problema del siglo XXI no radica en la falta de fe, sino en la falta de esperanza.
  • El hombre moderno es incapaz de repetir esto: "Dios está pendiente de mi palabra".
Santa Faustina Kowalska (en la imagen), la santa polaca de la Divina Misericordia, la mística del siglo XX, canonizada por Juan Pablo II en el año 2000, tuvo esta revelación de Cristo: "Cuánto me hiere la incredulidad del alma que no confía en mi misericordia. Confiesa que cree que soy Santo y Justo y no cree que Yo soy la Misericordia. También los demonios creen en mi justicia pero no creen en mi bondad". Es el drama del siglo XXI. Un hombre que es incapaz de proferir esta verdad palmaria que da sentido a la existencia: "Dios está pendiente de mi palabra". Porque fe no es creer sino confiar. Confiar en que la misericordia del Hacedor. No en su justicia, porque también los demonios creen, confían, y conocen la justicia de Dios, pero no su misericordia. Eulogio López eulogio@hispanidad.com