Los presidentes alemanes no son conocidos porque mandan poco: por eso son más libres. El que fuera presidente alemán Johannes Rau, ante lo que se presentaban como avances de la bioética (FIV, clonación, etc), ya saben, más de ‘bio’ que de ‘ética’, recordó el viejo adagio de que no todo lo que puede ser debe ser, con una fase que venía al pelo: “Hay cosas que no debemos hacer nunca, cualquiera que sea el beneficio que se consiga con ellas”.

Ante la bioética (más ‘bio’ que ‘ética’), el expresidente alemán marcaba la diferencia entre lo que es y lo que debe ser

Por ejemplo, jugar a ser dioses que, dado que el hombre no puede crear, significa, hoy y ahora, decidir quién vive y quién muere.