Lo políticamente correcto asegura que un negro tiene que ser demócrata (Biden dixit) o que un negro, subsahariano o afrodescendiente, no puede ser de Vox, que es un partido ultra y racista y aproximadamente ultra-racista. Y entonces es cuando los hechos se revuelven contra el tópico. ¿Pues saben qué les digo? Que peor para los hechos.

Los independentistas  querían lincharles. Todos ellos pacifistas, naturalmente, se toparon con Ignacio Garriga, “el negro de Vox”, y Rocío de Meer, diputados de Vox. Está segunda ya empieza a ser una experta porque en Euskadi le lanzaron una pedrada, mientras Aitor Esteban, portavoz del PNV, se lamentaba, no de la pedrada recibida en la cabeza por Rocío sino por el hecho de que se le prestara tanta importancia a Vox en su pueblo en Euskadi, cuando se trata de una escuálida minoría.

Si los hechos contradicen el tópico, peor para los hechos

El miércoles en Barcelona los progres pacifistas e independentistas arremetieron contra un negro que puede ser el candidato a la Generalitat por Vox.

 

 

Y con todo esto concluyo que a lo mejor los indepes no son tan pacíficos, ni los progres son democráticos, ni Vox es un partido ultra. Perdónenme el atrevimiento.