En Moncloa están como locos porque Financial Times y The Economist han calificado a Pedro Sánchez como un moderado. Que es justamente, el adjetivo que Iván Redondo lleva persiguiendo como imagen de este personaje cuya tendencia al extremismo es consustancial y ligeramente incontrolable.

No se apuren: también Zapatero, el hombre que llevó a España a la ruina, fue aplaudido por la Biblia del capitalismo (pido perdón a la Biblia) como un gran estadista que iba a evitar el colapso de la economía europea, tal como recogió ABC.

También Zapatero, el hombre que llevó a España a la ruina, fue aplaudido por la Biblia del capitalismo 

Pero lo cierto es que Sánchez ha logrado una imagen de estadista, un tipo serio y, naturalmente moderado.

Todo estriba en qué punto ubiques la moderación. Por ejemplo, recuerden que siempre que un ignorante asegura que dos más dos son seis, y un sensato le corrige afirmando que dos más dos son cinco, surge un tercero, el moderado, que en pro del diálogo y la tolerancia, acaba afirmando que dos más dos son cinco. Como Pedro Sánchez. Precisamente él, un cristófobo radical y un ególatra de grandes dimensiones capaz de cualquier cosa con tal de permanecer en el poder.

El engaño ha sido un éxito.