Los marxistas, por ejemplo el Gobierno sociopodemita de Pedro Sánchez, no puede dejar de prohibir, sancionar, multar... y fomentar la delación, la murmuración y el chivateo. 

En cuanto llega al poder, el buen comunista se olvida de su reclamo de libertad para hablar de la democracia y, con un poco de suerte, terminar con la democracia.

El coronavirus les ha dado una oportunidad maravillosa para prohibir todo a todos: ¡Sánchez átanos! y que ¡vivan las cadenas y el rey Fernando VII! Bueno, ése no, que ahora somos republicanos.

En concreto, Pedro Sánchez se ha encontrado con la agradable sensación de que su liberticidio sanitario ha provocado tal pánico entre la población, tamaña histeria entre los españoles, que ahora son ellos los que le piden a Sánchez que les confine más, medidas más duras... que no quiero morir de coronavirus.

¿Y si morimos atropellados por un automóvil en un paso de cebra? Eso es otra cosa, ahí nos puede la rutina.

Pero todavía hay gente con sentido común: como el autor de la viñeta que, además de graciosa, consituye un grito de esperanza.

Cazando ratas