La noticia es que Ibercaja ha logrado colocar una emisión de convertibles al igual que antes colocó una emisión de deuda subordinada. Con ello ha cumplido los requisitos de capitalización que exige el Banco Central Europeo (BC)

Y lo venden como un gran logro. Hombre, es lógico: la entidad maña ha aprobado el examen, pero la noticia no es buena: se trata de un examen perverso. Mejor suspenderlo.

Pregunta: ¿por qué un banco grande va a ser mejor que uno pequeño?

Me explico. El primer fallo del BCE y del resto de reguladores mundiales especialmente de la referencia de todos ellos, La Reserva Federal (o mejor, la reservas estatales norteamericanas) consistió en abordar la crisis bancaria de 2007 con más capital. Es decir, a alguien se le ocurrió la peregrina idea de que un banco grande es mejor que uno pequeño y a partir de ahora el BCE, por ejemplo, se lanzó a la locura de asegurar la solvencia bancaria a costa de apalancar a la banca. Todo el mundo sabe que la deuda es la lepra de familias, empresas, países y bancos pero aquí nos tienen, con un regulador forzando a los regulados a endeudarse más, a autopromocionarse la cuerda con la que ahorcarse. Curioso.

A partir de ese tronco necio surgen las ramas necias. Por ejemplo, el presidente de la CNMV, Sebastián Albella, quien continúa sin presentar la dimisión. La última ocurrencia de don Sebastián consistió en castigar a los compradores de acciones bancarias por peligrosas. Que sólo los institucionales, los fondos, es decir, la banca en la sombra, pudiera comprar acciones bancarias. En un principio, algún banco despistado, en España el Santander, apoyó la medida, escocido como está por la críticas recibidas tras la absorción del Popular, pero luego se echó atrás. Y ahora los bancos han forzado a Albella a retirar la necesidad de que sólo los fondos puedan comprar acciones bancarias. Si las entidades ya estaban en manos de esa banca en la sombra que son los fondos, ahora ya serían los siervos de estas nuevas instituciones, son mucho más peligrosos que los bancos y convertirse en los amos del universo.

Y Sebastián Albella vuelve a meter la pata. Mientras, los fondos, a veces buitres, siempre opacos, se hacen con el poder

Porque esa es otra, a los fondos les llamamos banca en la sombra porque son opacas. Se dedican no a hacer empresa sino a especular con la acciones de las mismas. Encima, no dan el servicio de los bancos, que constituyen el sistema de pagos del país.

Pues a esos fondos, a veces buitres, siempre opacos, son a los que apoya el regulador.

No lo duden, con estos mimbres, la próxima crisis bancarias será provocada… por el BCE, presunto regulador, ergo, salvador, de la solvencia bancaria.