• Curioso personaje el presidente francés: le aprecian más fuera que dentro.
  • En política interior se comporta como un buen masón, pero fuera es corajudo y hasta brillante.
Buena información la del diario El País del lunes: "Francia busca una refundación de la Eurozona". Lo primero que hay que preguntarse es por qué no refundar toda la Unión Europea y no sólo la Eurozona. Es decir, la Europa de los 28, no la de los 19. Pero es lógico; con el Reino Unido dedicado a las tareas propias de su sexo (estar en Europa para fastidiar a Europa) mejor empezar por la unión monetaria y no meter a los pesaditos de Cameron en la melé. En definitiva, François Hollande constata que Eurolandia no funciona y quiere refundarla… hacia adelante. Es decir, quiere homologar fiscalidad (por ejemplo impuesto de sociedades, pero no sólo), poner en marcha una unión bancaria en serio (como abordar la quiebra de bancos, principalmente), mutualizar la deuda pública (básico) y, atención, lo que me parece más importante de todos: igualar el salario mínimo en todos los países miembros. Pero si no son los gobiernos quienes fijan los salarios… claman los aprendices de europeístas financistas. Pues sí, porque los gobiernos fijan el salario mínimo y el SMI acaba por indiciar, al menos, toda la escala de salarios bajos y medios. Por eso, en España se cobra menos que en Reino Unido, Francia o Alemania: porque su salario mínimo es la mitad que el del inglés, el francés o el alemán. Sin duda, la homologación del SMI en Europa constituye la idea más osada y determinante de todas. Me sorprende Hollande. Los franceses no le quieren y no me extraña. De puertas adentro, Hollande se comporta con el habitual predicamento masónico: expulsar al cristianismo de la vida social y, con ello termina con la meritocracia y con la justicia social. Sin embargo, en política exterior Hollande es valiente: valiente para construir Europa y valiente para defender a Francia y a Occidente del fundamentalismo islámico. ¡Qué pena que la idea no haya salido de Mariano Rajoy! ¿Qué? ¿Acaso era tan difícil? En cualquier caso, para todos los que aún creemos en Europa, hay que apoyar a Hollande. Sólo en este punto, que conste. Eulogio López eulogio@hispanidad.com