• Los holandeses no pueden vivir sin llamar la atención.
  • La última: todos serán donantes de órganos… a la fuerza.
El eutanásico país holandés… Los políticos siempre imponen lo mismo: la solidaridad forzada. Ahora, Holanda convierte a todos los holandeses en donantes de órganos. Pero la caridad, la solidaridad, a la fuerza, no tiene mérito alguno… y suele acabar en rebelión. Si alguien quiere donar sus órganos a la medicina que lo haga. Obligarles a hacerlo bajo coacción pude producir el efecto opuesto, sobre todo porque estás jugando con la libertad de cada uno. Es lo mismo que ocurre cuando los políticos homologan lo público con lo bueno y generoso, y lo privado con lo mezquino y egoísta. Es justamente al revés. Lo que ocurre es que los políticos aman lo púbico porque es donde mandan ellos y donde nos arrebatan propiedad y libertad. En cualquier caso, primero fue el catecismo holandés, con lo que los tulipanes llamaron la atención, y el cacao mental que crearon en las conciencias todavía perdura. Luego promulgaron la eutanasia, y ahora eutanasia a viejos y jóvenes sin marginación por razón de edad. Y así, hoy en día hay ancianos que trasladan su domicilio a Alemania o miran de reojo a sus hijos. Y ahora la donación de órganos a la fuerza. Donar está bien: que te obliguen está muy mal. Holanda es un país pequeño y necesita llamar la atención Eulogio López eulogio@hispanidad.com