• Así no se construyen los países, sólo los mercados.
  • La izquierda española es tan rencorosa y tan indocumentada que falla hasta cuando acierta.
Escucho a Alberto Garzón (en la imagen junto a Pedro Sánchez) durante el debate parlamentario sobre el tercer rescate griego, justificar su voto negativo por la necesidad de una "reestructuración productiva", receta que sin duda cambiará el futuro del sur de Europa y nos hará a todos más sanos y felices. El éxito de esta izquierda neocom es que sus recetas resultan imposibles. Por ejemplo, ¿qué puñetas es una reestructuración productiva? Nadie lo sabe y ahorra a su portavoz la necesidad de explicar lo que propone, con lo cual puede pervivir en la policía durante varias décadas sin aportar absolutamente nada. Pedro Sánchez está en la misma línea, pero con la derivada solidaridad, que es también un concepto lo suficientemente amplio como para emplearlo a discreción sin, por ejemplo, concretar si las imposiciones de Angela Merkel a los griegos son buenas, malas o regulares. Simplemente, vota sí al Tercer Rescate y luego pide un plan de solidaridad para Grecia, sabedor de que a nada compromete ni nadie lo va a ejecutar. Así que pasemos a la realidad con una simple aclaración que tanto hemos recordado en Hispanidad… sin mucho éxito: los 86.000 millones de euros que recibirán los griegos no son "aportaciones" sino créditos, con sus correspondientes intereses. Y ahí, miren por dónde, es donde esta izquierda española, rencorosa y empeñada en laminar al adversario, tiene toda la razón. El plan griego es duro para Grecia y muy ilustrativo de la actual Unión Europea que pretende crear un país con créditos de los ricos a los pobres, en lugar de con aportaciones. Es decir, que de esta forma, los ricos serán cada vez más ricos, pues viven a costa de los pobres, y los pobres, cada vez más pobres, pues todo el capital que consiguen deben devolverlo y con un coste de intereses. La izquierda española es tan rencorosa y tan indocumentada que falla hasta cuando acierta. Es lo que ocurre cuando se viven odios africanos (ninguna alusión al continente negro, que conste). Así no se construyen los países, sólo los mercados. Eulogio López eulogio@hispanidad.com