• Eurolandia es un modelo injusto, pero eso no significa que se la estafe.
  • Tsipras no es más que un moroso con excusas de mal pagador.
  • Y el problema de Grecia es que ha primado la propiedad pública y la gran propiedad privada. Es decir, los dos grandes enemigos de una sana economía.
  • Y el Gobierno Tsipras no es el único culpable de lo que le ocurre al pueblo griego.
Al final, la película griega no es de buenos y malos. Aquí todos son malos: Atenas y Bruselas, Tsipras y Merkel (ambos en la imagen), los griegos y la Unión Europea. Además, como siempre ocurre, el populismo de Tsipras y de Podemos acierta -más menos- en el diagnóstico, pero cuando escuchas sus terapias -si es que llegas a escucharlas- echas a correr. No son más que peligrosos neocom (neocomunistas). Alexis Tsipras es un tahúr que busca excusas de mal pagador. Por su parte, Alemania pretende aplicar la igualdad de los desiguales: iguales en una moneda común, pero desiguales en condiciones de renta, en fiscalidad y, ahora mismo, en una deuda más barata para los alemanes que para el resto. ¿Cómo es posible tener una moneda común sin un Tesoro público común? Como siempre, hablamos de diagnóstico y de terapia. los populistas -insisto, neomarxistas- diagnostican bien, pero lo que ofrecen a cambio es lo de Tsipras: nada positivo y mucha jeta. Vamos, que esto del euro me interesa, sólo que no quiero pagar lo que debo a mis socios, porque eso es imperialismo monetario (o terrorismo, que diría Varoufakis). Y no es que los griegos defiendan una postura numantina ante un escenario de miedo a la miseria. ¡Qué va! Con su chulería habitual, Tsipras convoca un referéndum (¿Un referéndum para decidir si pago lo que debo?) y el gañán bien pagado de su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, lanza su veneno: "Llevaré con orgullo el odio de los acreedores". Bueno, odio no, Yanis, no seas hortera y no te creas tan importante. No te odiaban: sólo les encabronaba tu caradura. Ojo y el problema de Grecia no sólo es el Gobierno griego. Cierto que Tsipras es un desastre de gestor como casi siempre lo es la izquierda. Desde que llegó al poder la tímida recuperación de la economía griega se ha dado la vuela hacia el pozo… una vez más. Pero lo cierto es que los griegos también tiene su parte de culpa. No les ha preocupado vivir de prestado y han permitido, por indolencia, que el sistema apoye dos fenómenos: la propiedad pública y la gran propiedad privada. Al Estado y a los ricos. Es decir, las dos maneras de que no brille el factor clave de la justicia social: la pequeña propiedad privada. Naturalmente, con un fraude fiscal de las grandes fortunas y una usurpación del dinero público por parte de la idea madre del neocomunismo (¡Viva la propiedad pública!, ésa que no es de nadie. Por tanto, sólo es de los políticos). En resumen: la Unión Monetaria es un edifico mal montado, a mayor gloria de Alemania y los países más ricos de Centroeuropa. Pero eso no significa que haya que estafarla. Si la moneda única no gusta hay que enfrentarse a ella, pero no vale entrar en el euro y luego no pagar los créditos. Y tampoco vale decir yo no me voy del euro, pero no me da la gana pagaros lo que es debo. Es decir, Tsipras es malo, Merkel también. Aquí no hay buenos. Eulogio López eulogio@hispanidad.com