• La vida no es exactamente riesgo sino lucha.
  • Lo otro es la vida puritana, de la que el vegetal constituye el mejor ejemplo.
  • Conclusión de la cumbre de Hamburgo: no hagas nada para que nunca ocurra nada.
  • Cuando los líderes mundiales no hacen nada, llega la III Guerra Mundial.
  • Por la vía de la estabilidad. O sea, la vieja teología: "Si duerme no peca".
  • Sin olvidar que "la realidad es una ilusión creada por la falta de alcohol".
  • La vida no es sólo riesgo: es lucha.
Decíamos ayer que, tras el G-20, el espectáculo de la diplomacia internacional me recuerda el viejo aforismo clerical: "Si duerme no peca". Al parecer, lo más importante que existe en este mundo es la estabilidad: no hagas nada para que no ocurra nada. El problema es que siempre ocurre algo en cualquier sitio y el segundo problema es que el mejor camino hacia el desastre es no hacer nunca nada. El que no pecaba por dormir solía condenarse por el vicio capital de la pereza. Además, cuando Jinping, Trump, Merkel, 'Lolito' Macron y cía elevan sus preces por la estabilidad mundial tenemos la III Guerra Mundial por trozos, que es la que libramos hoy. El "si no duerme no peca" recuerda aquella otra proposición dipsómana: "la realidad es una ilusión creada por la falta de alcohol". Porque ponderar el modelo chino de comunismo-capitalista como el modelo a seguir, resulta bastante cachondeable, sea con vistas al cambio climático o para la paz en el mundo. No, no voy a decirles que la realidad sea una ficción creada por la falta de güisqui, pero resulta extraordinariamente deprimente la actual corriente puritana que adora la estabilidad y considera que el hombre bueno es aquel que más se parece a una ameba o que se guía por el único mandamiento válido para un prusiano: si duerme no peca. La vida no es exactamente riesgo sino lucha. La buena vida es la vida buena. La otra es la vida puritana, de la que el vegetal constituye el mejor ejemplo. Nada más estable que un vegetal.   Eulogio López      eulogio@hispanidad.com