• Es la marca del siglo XXI, una desgraciada paradoja.
  • Crecen los países pobres… y crecen porque explotan a sus trabajadores.
Decíamos ayer que el Fondo Monetario Internacional (FMI), es muy amigo del feminismo. Por eso, cuando dicen que quieren acabar con el mercado laboral dual lo que te están diciendo es que quieren el despido libre. Vamos ahora con el crecimiento económico. Las previsiones del FMI (por cierto, fallan más que una escopeta de feria) no hacen otra cosa que repetir la misma línea: Occidente, el área OCDE, el mundo rico, crece, en el mejor de los casos, al 3%. Sin embargo, China o India superan el 6%. ¿Disponen de mejor tecnología, de mejor sanidad, de mejor educación? Lo dudo, e incluso lo duda todo el mundo. Sencillamente, los países emergentes explotan a sus súbditos y a través de esa explotación ganan competitividad y se forran exportando al malvado Occidente. Y eso es lo que crea esa curiosa paradoja que constituye la marca de fábrica de la economía del siglo XXI: puede ocurrir, ocurre, que la economía marche bien y las economías particulares marchen mal. Que es la razón, además de la libertad, por la que el chino, ciudadano de la gran potencia mundial, del país que más crece, esté deseando marcharse de China. Es sólo un ejemplo, hay muchos más. Eulogio López eulogio@hispanidad.com