• Y fue la fe de nuestros ancestros la que forjó España.
  • Pero el Gobierno Rajoy no ha programado ni un sólo acto religioso para el 12 de octubre… una vez más.
  • Por su parte, Pablo Iglesias no acude a la Fiesta Nacional: no vaya a ser que le fotografíen con militares.
  • Y es que el comunismo podemita no es otra cosa que un conjunto de mentiras.
  • Y la madre de todas esas mentiras puede resumirse así: el verdugo se presenta como víctima.
  • Renegar del Ejército no es propio de pacifistas, sino de traidores. Y a lo peor de cobardes.
Sí, hubo un tiempo en que los españoles no nos mirábamos el ombligo. Entonces éramos grandes. El insigne líder de Podemos, Pablo Iglesias asegura que no acudirá al desfile de la fiesta nacional porque en lugar de festejar a la madre patria él prefiere dedicar ese día a trabajar por los españoles. Y todo eso, fíjense bien, sin que los españoles le hayan pedido que trabaje por ellos. Motu proprio, por pura filantropía. Además, don Pablo trabaja para los españoles día y noche pero se trata de un trabajo bien remunerado. Algunos -nuestros peores ciudadanos- sospechan que si Iglesias no acude al 12 de octubre es por algo a lo que teme mucho más: ser fotografiado en presencia de militares, con un tanque al fondo. Le comprendo: Pablo Iglesias es un comunista. Al parecer él no está de acuerdo con esa denominación pero tampoco importa demasiado. Lo que sí importa es que el comunismo es un conjunto de mentiras. Una de las grandes mentiras del comunismo consiste en la paz, el vocablo favorito de los soviéticos durante 70 años de leninismo. Ya saben, todo por la paz, principal cometido de un buen camarada (camarada rojo, se entiende). Todo sea por la paz y el líder no debe dejarse fotografiar junto a militares -la fuerza bruta que sojuzga al pueblo-… hasta el día en el que alcance el poder y se convierta en el jefe del Ejército popular. Más que nada porque la mentira, que engloba al resto de las mentiras estalinistas, la madre de todas las mentiras, podría resumirse así: el buen comunista es el verdugo que se convierte en víctima. O sea, Pablo Iglesias y el 12 de octubre. Ahora bien, el principal problema del patriotismo español, tan devaluado, no son los comunistas de Podemos ni los independentistas catalanes o vascos, sino los españoles vergonzantes, los tibios, los políticamente correctos. Por ejemplo, el actual PSOE o el actual PP, los conservadores aún más vergonzantes que los socialdemócratas. Rajoy es el hombre que tenía que acudir al "coñazo del desfile", el mismo que ante el desafío soberanista catalán tardó un año en pronunciar la palabra España y aún sigue perdido en quisicosas jurídicas como el cumplimiento de la ley en lugar de hablar de su patriotismo español. A lo mejor es porque carece de él. Ya he dicho muchas veces que no soy el mayor patriota que vieran los siglos. Y esto porque el patriotismo sin motivo, por pura causalidad de nacimiento, puede resultar hasta peligroso. Ocurre que motivos hay en la historia de España para sentirse orgulloso de nuestros antepasados, de esa democracia de los muertos que es la patria,  pero en el caso de España, el verdadero motivo es que su historia se confunde con el cristianismo. El origen de España no se entiende sin el Cristianismo y el presidente de España no se entiende sin la devoción a María en esta 'tierra de María'. Y eso es para sentirse más orgulloso. Y sí. Es muy lógico que la Fiesta Nacional española, como casi todas las fiestas nacionales, se festeje con actos religiosos. Y mirá vos: no hay actos religiosos programados por el Gobierno actual. Y no es una novedad en 2016. ¿Comprende, señorito Rajoy? También se vive la Fiesta Nacional española con el desfile militar. Claro, las virtudes castrenses no son el origen del patriotismo pero tampoco hubieran sido posibles sin él. Lo explicaré de otra forma: renegar del Ejército que ha de defender a tu patria, no por alguna actuación inhumana del mismo, sino como institución, por sí mismo, no es propio de pacifistas, sino de traidores. Y a lo peor, de cobardes. ¿Comprende, señorito Iglesias? Por lo demás, ¿de verdad se cree eso de dedicar el día de la Fiesta Nacional a  trabajar por los españoles? No sé quién le habrá pedido que trabaje el 12 de octubre o cualquier otro día. En cualquier caso, no cree usted en España pero cobra del Congreso español. Eulogio López eulogio@hispanidad.com