• Nacionalismos e internacionalismos son más bien ajenos al hombre.
  • La división por castas y clases sociales ni les cuento.
  • Parecido en economía: que lo que pueda hacer la empresa familiar, el autónomo, no lo haga la gran empresa ni lo haga, atención, el mercado o el Estado.
El hombre es un ser social pero "ciertas sociedades, como la familia o la ciudad, corresponden más inmediatamente a la naturaleza del hombre" (1.891 del catecismo). De hecho, la familia, la unidad celular de la sociedad, resulta la institución más relevante. Después de ella, el ayuntamiento, siempre que no sea demasiado grande. Por eso, el término más querido por la generalidad es el de ciudadanía y su personalización en ciudadano. Es la familia y la ciudad. La patria mucho menos, aunque es un concepto avalado por la historia. Los imperios nada. Hoy en día sigue habiendo imperios políticos y luego está el imperio de los mercados financieros. Es decir, que nacionalismos e internacionalismos son más bien ajenos al hombre. La división por castas y clases sociales ni les cuento. El principio de subsidiaridad te indica que lo que puede hacer la familia no lo haga la ciudad y lo que pueda hacer el ayuntamiento no lo haga la comunidad autónoma, y luego el Gobierno central (aunque las CCAA repiten la misma radiografía del Gobierno central), y luego la Unión Europea. Y lo mismo en economía: que lo que pueda hacer la empresa familiar, el autónomo, no lo haga la gran empresa ni lo haga, atención, el mercado o el Estado. Eso es lo cristiano, por mucho que luego se manipule el interés propio. Sí, pero los habitantes de Madrid tenemos por alcaldesa a Manuela Carmena y los de Barcelona a Ada Colau (en la imagen). Lo sé, mi querido amigo, pero sobre eso nada se puede hacer. A lo mejor el problema es que son ciudades demasiado grandes, casi imperios. Y claro… Eulogio López eulogio@hispanidad.com