El futuro de Vox consiste en ser fiel a sus principios, casi podríamos decir en que le califiquen de ultra. Cuando pierda coherencia perderá votos.

Por eso, sorprende que Ortega Smith, el hombre de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, haya decidido dar vía libre a los presupuestos de PP y Ciudadanos, que comportan generosas subvenciones de dinero público a los colectivos de activistas feministas y homosexualistas.

Dice Vox que se abstendrán, no votarán en contra- porque no quieren bloquear las bajadas de impuestos-. Además de que dichas bajadas son mínimas, lo cierto es que la actitud de Vox significa traicionar a sus votantes y también significa que el alcalde pepero, José Luis Martínez-Almeida, apruebe los Presupuestos en la misma línea que los hubiera planteado Manuela Carmena. Al menos en materia de grupos feministas y LGTB. Nada ha cambiado.  

Y así, es cierto que el motivo último por el que Almeida logró aprobar sus cuentas ha sido la incompetencia de Más Madrid, tras el cese de Inés Sabanés hoy en el Congreso con Errejón, pero a los efectos es lo mismo: Vox no puede ceder en sus prinicpios o cederá en sus votos.