Pablo Iglesias se disponía a defender en el Senado la injusticia que a su juicio viven las familias monoparentales por no poder disfrutar de los beneficios de ser familia numerosa al completo. "Yo esto lo conozco muy bien -porque el vicepresidente es una persona muy empática y sensible que sufre en primera persona los problemas de los ciudadanos-. Mi pareja tenemos derecho a ser familia numerosa. Pero como no estamos casados resulta que este derecho solo lo puede disfrutar uno de los dos progenitores”. Y añadía una exclusiva: “En nuestro caso, no tenemos ningún problema económico”, respondía a la senadora María Isabel Vaquero, del PNV.

Lo cierto es que el vicepresidente del Gobierno ha llegado alto gracias a especular con la pobreza, que es una cosa totalmente distinta a ser pobre

La frase provocó el estallido en risas del resto de senadores presentes. El vicepresidente no se lo tomó nada bien y les reprobó: “El nivel de desfachatez de sus señorías en sede parlamentarias tiene pocos precedentes. Entiendo que el tema no les interese, pero podían guardar un mínimo las formas de la cortesía parlamentaria; no les estoy respondiendo a ustedes”, espetó entre aplausos de los suyos antes de proseguir con la respuesta parlamentaria.

Lo cierto es que el vicepresidente del Gobierno ha llegado alto gracias a especular con la pobreza, que es una cosa totalmente distinta a ser pobre. Lo que recuerda aquel dicho: "Una cosa es la santa pobreza y otra la puta miseria".

Como buen especulador, Iglesias ha hecho su fortuna gracias a los pobres. Él ya ha dejado de serlo.