Como toda meme, es una simplificación, pero hay simplificaciones ciertas y falsas. Esta es cierta. Sobre todo en su segunda mitad: no sólo es que las europeas tengan menos hijos. Es que encima los tienen muy mayores y relegan su educación a su ascenso laboral. Y los varones... lo mismo: primero es mi carrera, luego mi familia.

Y no es una casualidad. Ya lo dijo Bill Clinton en Madrid quien, para entretener sus ocios post-presidenciales y, de paso, ganar 1,5 millones de euros por conferencia, se metió en una campaña en la que postulaban que las mujeres estudiaban más.

Y esto es bello e instructivo, y todos aplaudimos sonrientes: bien está que las mujeres estudien, cuanto más, mejor. 

¿O no? Porque el propio Bill Clinton, sin despeinarse, explicaba que  el objetivo de su fundación no es una mujer más culta y mejor preparada, algo que al bueno de Bill le traía sin cuidado. Para el expresidente, una mujer ha sido siempre, antes que nada, un objeto de placer. Y si no, que se lo pregunten a Mónica 'Linguisqui'. 

No, lo que dijo en Madrid para que le entendiéramos todos, era que su objetivo pasaba por que las niñas estuvieran más tiempo estudiando con el fin de que no tuvieran hijos hasta bien entradas en edad... como premisa para que tuvieran menos hijos. 

Sobre todo las del Tercer mundo, que no hacen más que parir y luego hay que alimentarlas a ellas y a su larga prole.

Como todo progresista, Bill era un convencido de que copular está bien pero engendrar genera -nunca mejor dicho- mucho problemas. Sobre todo a los pudientes como él.