• Pues también debería irse de la ONU Mujeres o de la FNUP.
  • Y más antivida son OMS y Unicef.
  • Lo peor de la UNESCO no es que sea antisionista, sino que es políticamente correcto.   
Estados Unidos se va de la UNESCO. Es algo de agradecer a Donald Trump. No así la razón aducida: antisionismo. Hombre, uno tiene la esperanza de acabar con esta ONU de derechos de segunda generación y de la inversión (no, no hablo de homosexuales) de valores. Por ejemplo, la ONU de primera generación hablaba del derecho a la vida; la ONU de segunda habla de derechos reproductivos: es decir, convierte el asesinato del aborto en un derecho. A partir de ahí deje correr su imaginación. Por ejemplo, Estados Unidos, además de la UNESCO, podría irse del Fondo de Naciones Unidas para la población (UNFPA), la mayor máquina abortera y nazi del planeta (sí, nazi, se dedica al comercio de órganos de abortados) o de ONU Mujeres, el aquelarre feminista que creara Michelle Bachelet y donde participara nuestra inefable Bibiana Aído. O de la Organización Mundial de la Salud, que sólo se preocupa de los niños ya nacidos. O de UNICEF, que en lugar de mejorar la vida de los niños se dedica a eliminar a los niños antes de nacer (así no sufren hambre). Pero por algo se empieza. La UNESCO no es anti-sionista, es un ente políticamente correcto y, por ende, capaz de defender cualquier causa cultural con tal de que esta sea una chorrada o una cursilada. Si fueran ambas cosas, mejor. ¡Bien por Trump! Eulogio López eulogio@hispanidad.com