• El país es una sociedad envejecida y consumida.
  • Cuatro de cada 10 euros de todo el gasto del Estado se destina al pago de las pensiones.
  • Y las cifras no hacen más que aumentar.
  • Los robots no son la solución: supondrían una sociedad muerta.
  • La única solución es promocionar la maternidad.
  • Y las familias numerosas se convierten, no en algo buen o malo, sino en algo imprescindible.
  • O eso, o perecer como sociedad.
Cuatro de cada diez euros del gasto del Estado español se dedica al pago de pensiones. Una relación que, por cierto, continúa en aumento. El asunto es tan dramático que podemos resumirlo así: O parimos o morimos. Un madrileño que reside en Japón nos contaba ayer martes en televisión que los japoneses viven obsesionados con los robots porque serán los únicos que pueden hacer determinados trabajos en un futuro, dada la caía de la vitalidad y serán también los únicos que puedan cuidar a los ancianos. Por cierto, la población más envejecida del mundo es Japón, pero España figura en el podio. Y la cosa va a más. A corto plazo, lo único que puede hacerse es retrasar la edad de jubilación. Pero a los políticos no les gusta dar malas noticias o, al menos, aquellas noticias que puedan ser interpretadas como tales. Pero a medio plazo, aunque hay que abordarlo desde ahora mismo: tenemos que tener más hijos. Los poderes públicos deben crear un salario maternal: que no se pierda ni un solo hijo por falta de medios. O eso, o fabricar robots, si es que hay robots para tanto anciano. O parimos o morimos. El envejecimiento no es un problema: es nuestro único problema junto a la desesperanza. Y si no, pues nos iremos todos a freír espárragos. Y las familias numerosas se convierten, no en algo bueno o malo, sino en algo imprescindible. O eso, o perecer como sociedad. Eulogio López eulogio@hispanidad.com