La soberbia del PNV y de ERC, de los independentismos vasco y catalán procede del mismo tronco: dos formaciones, y dos sociedades, católicas, que han abandonado su fe cristiana y que, necesitados, como todas las sociedades, de un dios, han decidido adorar el separatismo, convertir la segregación y la identidad en su modelo de vida y al nacionalismo en su dios.

Los jefes del PNV han convertido la independencia en una religión.

Aún peor: la conversión del independentismo en una religión ha disparado la soberbia de los nacionalistas vascos y catalanes. PNV o ERC saben que sólo pueden vencer a alguien sin espinazo, a alguien tan gelatinoso como Pedro Sánchez.

Abandonaron a Cristo y ahora adoran la DUI, que no DIU: la declaración unilateral de independencia

Abandonaron a Cristo y ahora adoran la DUI, que no DIU: la declaración unilateral de independencia.

Desde ese punto de partido se entiende todo: toda la chifladura que estamos viviendo en Barcelona y en Bilbao.

¿Y tiene solución? Sí, la de Ortega y Gasset: aprender a convivir con la demencia. A fin de cuentas, se trata de un cáncer pero muy localizado. Lo mejor es no hacerle mucho caso.