• Es como si el procés, tan cansino, ya no nos dijera nada.
  • Diálogo con los separatistas. Pero ¿quién habla con quién y sobre qué?
Sucedió en Barcelona, días atrás. Los primeros espadas de la vida empresarial catalana recibían al secretario de Estado de Presupuestos, Alberto Nadal, un personaje influyente, ahora en primera fila de la negociación para los presupuestos 2018 que, como asegura Rajoy, "vamos a intentarlo". Pues bien, los primeros espadas de la economía catalana, algunos ya residentes -residencia familiar, digo- en Madrid, insistían al prohombre sobre la política madrileña tras el 21-D. Y no hubo respuesta. Y salieron un tanto decepcionados. Sólo había una pregunta: ¿Qué va a hacer el Gobierno -el gobierno español- con el nuevo gobierno catalán? ¿Dialogar? Dos respuestas por parte de Nadal, la aceptable y la preocupante. Respuesta aceptable: ¿Con quién quiere que dialoguemos? ¿Con Puigdemont? Respuesta no aceptable: no tenemos ningún plan para Cataluña. Bueno, el hartazgo del país con el procés es grande, así que la segunda respuesta, aunque no resulte aceptable, puede ser la comprensible y, sobre todo, puede ser la que se adopte. En plata: lo que Juan Español piensa del separatismo ahora mismo es sencillamente: me importa un pimiento. Y eso no es bueno. Eulogio López eulogio@hispanidad.com