Dice el Tribunal Constitucional (TC) que no es discriminatorio que el permiso de paternidad tenga una duración inferior al de maternidad. 16 semanas como el de maternidad.

Y esto no le ha sentado nada bien al gobierno Pedro Sánchez, que, no sé si saben, se define como gobierno feminista y que ha planteado en los actuales Presupuestos –aunque de forma gradual– la igualación entre los permisos de paternidad y maternidad.

Pues bien, ha dicho el TC que no entra en la cuestión pero que no es discriminatorio que la mujer disfrute de más semanas que el varón porque, como dice el Constitucional, “la finalidad de los dos permisos es distinto”.

Un argumento profundísimo pero bastante obvio: ¿Acaso puede el padre dar de mamar al bebé?

Más bien, porque, por razones obvias, la madre tiene más trabajo que el padre

Pero el virus feminista idiotiza a feministas y feministos. Por eso, otra necedad sanchista-feminista, el Gobierno pretende igualar ambos permisos. Lo que, por cierto, no resultará una buena medida para la mujer, sino para el hombre. Ni eso va a hacer que el empresario contrate más mujeres ni va aliviar a la mujer, que tendrá que jugar todo su duro trabajo de madre mientras el varón tendrá más tiempo para hacer todo lo que puede hacer. Y no hablamos de vagos o desalmados, sino de esposos y padres responsables.

Virus feminista es igual a idiocia generalizada.

Por cierto, una vocal del Tribunal  Constitucional votó en contra: asegura que eso va a perpetuar la discriminación laboral de la mujer. Pues no: lo que discrimina laboralmente a la mujer es la maternidad. No es la mujer la discriminada, sino la madre. Y eso, no puede evitarlo ni Pedro Sánchez. Ahora bien, algunas mujeres, más bien la mayoría, durante siglos y siglos, han considerado que se trata de la mejor discriminación a la que se han enfrentado jamás.