• Las decisiones se tomarán en Bilbao y los proveedores serán chinos.
Así se vende el pescado: gran integración de Euskaltel, que se come a la asturiana Telecable y ahora a la gallega 'R', aquellas cableras que no quisieron integrar en ONO, a su vez hoy absorbida por Vodafone. Y como me gusta lo pequeño, me gustaría que pequeñas operadoras pudieran sobrevivir en un mundo de gigantes. Ahora bien, la operación Euskaltel no deja de ser una fusión, es decir, un intento por ser más grande, y no deja de tener un tufo nacionalista que no me agrada. Por de pronto, la venta de 'R' es una mala noticia para Galicia. 'R' ha dejado de ser gallega. A partir de ahora, sus decisiones se tomarán en Bilbao, donde estará su equipo directivo. No es una integración, como se pretende hacer creer a la opinión pública, sino una compra pura y dura y pagadera con efectivo y acciones de Euskaltel. A pesar de las informaciones oficiales y el comunicado a la CNMV, las duplicidades evidentes de equipos provocarán despidos y un adelgazamiento severo de sus efectivos. Servicios cubiertos por personal propio de 'R' o por proveedores gallegos serán atendidos a partir de ahora, como ha ocurrido en Euskadi, por empresas chinas. Recordar que la china ZTE, tras su acuerdo con Euskaltel y que supuso en 2014 externalizar a casi 200 personas de una plantilla de 500 personas en Euskaltel, dijo que la operadora vasca iba a ser su punta de lanza para desembarcar en el sur de Europa. No parece que haya un proyecto de empresa, sino una operación que apunta a una ulterior venta a medio plazo, y para ello Euskaltel tendrá que mejorar el ebidta a toda costa. Como los ingresos no aumentarán, el aumento del ebidta solo podrá venir dado por la reducción de gastos a través de la búsqueda de sinergias en TI (CPDs, callcenters) y la integración de sus infraestructuras tecnológicas y de personal. En definitiva, y más teniendo en cuenta el pasado reciente de Euskaltel en Euskadi: en ajustes de empleo. Con toda probabilidad, el domicilio fiscal de 'R' se trasladará a Euskadi, con la consecuente pérdida de ingresos en las arcas autonómicas que ello supone. En función de los resultados netos declarados, unos 3,5 millones de euros en impuestos autonómicos. Se produce una situación extraña en cuanto a las OMVs de 'R' y Euskaltel, que se apoyan en redes distintas (Vodafone y Orange, respectivamente). Lo más probable es que la OMV de 'R' acabe apoyándose en la red de Orange, con la pérdida de calidad y cobertura que eso supondrá para los clientes gallegos. Cada 4 años, la Xunta ha estado aportando a 'R' unos 30-40 millones de euros para planes de despliegue, que han servido para inflar el valor de una compañía que ahora se va a Euskadi. Porque lo más grave de todo es que esto es que no estamos hablando de una fusión industrial sino de una burbuja financiera controlada por fondos. Y los fondos están para comprar y vender no para asegurar las infraestructuras de comunicación de una zona de España, país situado al norte de Gibraltar. Eulogio López eulogio@hispanidad.com