En la noche madrileña del martes 18, el Auditorio Nacional puso en escena el Mesías de Jorge Federico Händel, una de las obras clave de la historia de la música, en un concierto ‘participativo’ (es decir, donde participan, como coro, muchos no profesionales). Por cierto, volvió a demostrarse que un profesional puede desafinar, pero que un millón de gargantas aficionadas jamás desafinan.

Una maravilla de obra, (Händel comprendía la historia de la redención del hombre y su ser anfibio, materia y espíritu) y una muy buena ejecución. Vibrante.

El problema no es el separatismo sino la descristianización de Cataluña

Ahora bien, esa misma obra, el Mesías de Händel, fue saboteado en el Liceu barcelonés por separatistas, al grito de 'independencia'. Lo cual tiene muchos bemoles y significa que Cataluña se ha descristianizado, pero como el hombre no puede vivir sin Dios, han adoptado una religión llamada independencia. Y es un credo cruel, que exige muchos sacrificios. Y muy intolerante: no admite ni el Mesías de Händel.