El Opus Dei cumple hoy 90 años. A pesar de ciertas sombras de tibieza, continúa siendo un bastión de la ortodoxia católica: "si lo dice el Opus..." aseguran incluso muchos católicos a los que el Opus no les cae precisamente simpático.

El que tuvo, retuvo. Ahora, está llegando el momento en que a los miembros de la Obra se les va a exigir más aún. Más ortodoxia y más fidelidad al Cuerpo Místico, sin buscar atajos.

El que tuvo retuvo, a pesar de que las columnas más firmes de la Iglesia se desmoronan

Y nada de favores de la Iglesia oficial, de la Curia (suponiendo que tales favores sirvan para algo o que la Curia sea un cuerpo unívoco). Como decía un veterano miembro de la Obra, “Juan Pablo II nos comprendía y nos quería, Benedicto XVI nos comprendía, pero no nos quería. Francisco ni nos comprende ni nos quiere”. Un pequeño ejemplo: el actual Papa continúa sin nombrar obispo al actual prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz.

Veamos, el Opus Dei, desde su fundación por San Josemaría Escrivá, ha cumplido con dos papeles:    

  1. Bastión de la ortodoxia moderna: "Si lo dice el Opus Dei…"
  2. Un grupo de laicos docentes, que no discentes

Pero llega el momento en el que a los miembros del Opus Dei se les va a pedir más, mucho más

Pero me temo que el Opus Dei haya perdido el fervor de la primera caridad. Quien tuvo retuvo, quede claro y, aún hoy, el Opus Dei sigue siendo la sombra de San Josemaría, un místico de la calle, aunque algunos miembros se empeñen en lo contrario.

Eso sí, ha llegado el momento en el que a los miembros de la Prelatura se les exija más, mucho más. Como a todas las columnas de la Iglesia ante la crisis más dura de la historia.