• El único hombre libre es el que acepta el dogma.
  • Si no partimos del dogma, o al menos de la evidencia no demostrable, el pensamiento se convierte en castración.
  • Quizás por la misma razón por la que el hombre no puede dar razón de su existencia.
  • Nadie nos ha pedido permiso para existir: nos nacieron y aquí estamos.
Cómo no, la frase es del gran Chesterton, plausible y definitiva, pura y dura, analítica pero, además, sintética, sale de lo menudo y concluye en lo universal. Dice así: "El niño que duda de Papá Noel tiene insomnio, el niño que cree duerme de un tirón". Y eso que Chesterton sólo tenía un defecto: no era español, por lo que no podía aceptar la incuestionable diferencia de calidad entre el gordito Papá Noel y los tres Reyes Magos. En paralelo, corre otra sentencia del periodista inglés: "Sólo conozco dos tipos de personas, los dogmáticos que saben que lo son y los dogmáticos que no saben que lo son". Quizás porque sabía que el único hombre libre es el que acepta el dogma. Si no partimos del dogma, o al menos de la evidencia no demostrable, el pensamiento se convierte en castración. Quizás todo esto ocurre por la misma razón por la que el hombre no puede dar razón de su existencia. Nadie le ha pedido permiso para existir: le nacieron y aquí está. Pero lo realmente importante, la prueba del nueve, es que el niño que cree en Papá Noel duerme plácidamente; por el contrario, el tonto racionalista que duda, esto es, aquel engreído que pretende meter el universo en su cabeza, sufre de insomnio y acaba por estallarle la cabeza. Eulogio López eulogio@hispanidad.com