Estar convencido de lo que se piensa, sentirte en posesión de la verdad, no es fanatismo, es sensatez, cordura. Si no estuvieras convencido de lo que piensas, no lo dirías. Fanatismo es pensar que el prójimo está confundido en todo por estar errado en algo. 

Curiosamente, el fanático se parece mucho al hereje. El hereje no discrepa del magisterio en todo, sino en una parte. Y, por esa parte, rompe con el todo porque, convencido del error en lo poco, lo extrapola a lo mucho.

El Sensado está convencido de lo que piensa. Si no, no lo pensaría

O simplemente, el fanático, en su cosmovisión, ha exagerado una parte de sus principios y ha convertido esa parte en regidora de toda su existencia… y de la existencia de todos los demás. Y el que difiera no posee rectitud de intención.

Sí, el fanatismo no es otra cosa que herejía.

El problema viene cuando alguien anda en el limbo de las premisas sin llegar jamás a conclusión alguna, digna de ser vivida.

Nuestra vida social actual tiene mucho que ver con este mal entendido fanatismo. Pero que conste en acta: el loco es el único que no se siente en posesión de verdad. Pobrecito, no está en sus cabales.