• Porque es criatura, o sea, ser creado.
  • Creado libre.
  • Por tanto, ni la razón ni la conciencia son autónomas: son libres… para encontrar la verdad, aceptarla y practicarla.
  • Pensamiento libre no es decir lo que está bien o está mal, sino descubrir lo que está bien y lo que está mal.
Y como solemos confundir ambos términos no hay manera de ahondar en el asunto. Para la mayoría de nosotros libertad y autonomía es lo mismo. Y no es así. El hombre ha sido creado libre pero no autónomo. Precisamente por ser creado no puede ser autónomo, no puede dar razón de su existencia. La inmensa mayoría de los planteamientos políticos actuales, lo que diferencia la frívola edad contemporánea de la Edad Media cristiana -la era más profunda de la historia- prescinde de esa evidencia. Y así, se considera que el pensamiento libre es autónomo, cuando la libertad de pensamiento, como la de la misma persona, está en distinguir entre el bien y el mal, entre la verdad y la mentira y, creo, que entre la belleza y la fealdad. Sí, también esto último, porque no es que sobre gustos no haya nada escrito, lo malo es que lo poco que se ha escrito nadie lo lee. Este pensamiento de la libertad, a fuer de dependencia, del hombre, comenzó en la Segunda Carta de San Pablo a los Corintios, 10, 5: "derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo". Pero algunos aún no se han enterado. ¿El hombre autónomo? No me haga reír. Eulogio López eulogio@hispanidad.com