• Vacía de principios, es decir, de principios cristianos.
  • Luigi di Maio habla, tranquilo él, de la era de la post-ideología.
  • La Unión Europea empezó a caer con la constitución del masoncete Giscard.
  • Y Alemania descubre lo buenos políticos que son los Ceo.
El líder del movimiento Cinco Estrellas, Luigi di Maio (en la imagen), gran vencedor de las elecciones del domingo, nos habla de la era de las post-ideologías. No es un invento, sino una justificación: proviene del fascismo pero su familia presenta la vertiente socialista de ese fascismo. ¿O es que habíamos olvidado que comunismo, socialismo y fascismo proceden del mismo tronco marxista? En cualquier caso, si ya no hay ideologías, estamos ante la Europa de los consejeros delegados, la Europa de los ceos, la que es capaz de unir la democracia-cristiana con la socialdemocracia teutona y asegurar que es una obra de estabilidad política. Miren ustedes, la Unión Europea se fue al garete cuando el masoncete de Giscard d'Estaing se empeñó en hacer una constitución europea que tenía un único objetivo: fastidiar a los cristianos. Prescindiendo de cualquier basamento cristiano en una Europa cristiana y, para fastidiar un poco más a los católicos, que de eso se trataba, abrió la puerta los jurados. No olvidemos que la república turca de Kemal Ataturk, la laica, no es sino una construcción masónica… que ha acabado en fundamentalismo islámico. En cualquier caso, Europa debe volver a ser ella misma, la Europa cristiana y, además, volver a mantener una unidad alrededor de sus principios cristianos. Vivimos el hartazgo de Europa… por parte de los europeos. Eulogio López eulogio@hispanidad.com