'Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes'. El viejo proverbio anglosajón se concilia a las mil maravillas con la proposición clásica que asegura que el futuro es un niño en las rodillas de los dioses.
Sin embargo, los conceptos más manidos de hoy en día son los de planificación y estabilidad. El primero ofrece respetabilidad: todo debe estar programado y regulado y, ante todo, presupuestado. Curioso, porque los presupuestos de María Jezú Montero, como los planes, jamás se cumplen.
Estabilidad para poder avanzar. La estabilidad no avanza ni retrocede, es quietud y mutismo, es un cementerio. Eso sí, un camposanto muy progresista.

Los planes y los proyectos, al igual que los Presupuestos, no se cumplen jamás 

Lo más racional es confiar en la Providencia porque sólo Dios es capaz de casar lo telúrico con lo infinitesimal y el espacio con el tiempo.
El destino es locura, la Providencia cordura. O mejor, la confianza y el abandono en esa Providencia.

No lo bueno, sino lo lógico, es abandonarse en manos de Dios

Entonces, ¿el hombre no es libre? No, precisamente conviene confiar en Cristo porque Él es el único capaz de casar las libertades individuales en una sociedad que no se dirija hacia la autodestrucción. Y aún así...