La Iglesia, las ONG… y ahora las empresas, con sus impuestos sobre sociedades, es decir, sobre el beneficio. Podrán dedicar un 0,7% a actividades solidarias, o como quieran llamarlo.

Aunque no es comparable, ni en fondo ni en cantidad, con el 0,7% del IRPF, la medida aprobada es lo mejor de los PGE. Sobre todo porque, de esta forma, los PGE ahondan en una cuestión clave: que el contribuyente debe decidir a qué se dedican, al menos, una parte de sus contribuciones.

Empezó la Iglesia, luego las ONG, ahora las empresas. Que se extienda, en cantidad y en calidad

Por ahora, sólo un 0,7% pero menos es eso que nada.