• Identidad -nacionalismo- sin paternidad -patriotismo- de poco sirve.
  • Pocas modas se convierten en tradición y pocos políticos hacen historia.
  • Cuando la derrota se convierte en victoria es porque era necesario.
  • España, por el contrario, convierte la victoria (Hispanoamérica) en derrota.
  • Y viven en permanente estado de guerra civil.
Decía la crítica de cine de Hispanidad, Juana Samanes, que una derrota (Dunkerque representa la derrota británica frente a la Alemania de Hitler en la II Guerra Mundial) puede ser convertida en una victoria moral. Entiéndase: no es que Christopher Nolan (en la imagen) pretenda 'mentir la historia', que diría Alfonso Guerra. De sus escenas, en ningún momento puede deducirse lo contrario. Sin embargo, el heroísmo de unos civiles con lanchas de pesca o de recreo, salvando a miles de soldados ante el avance del mayor ejército de Europa, el germano, puede convertirse en la victoria moral que reclama el británico Nolan. Ahora bien, Nolan cuenta con el patriotismo británico, al menos el de aquellos momentos. Patriotismo que llevaba a civiles a hacerse a la mar para rescatar a sus soldados rodeados por los nazis, no porque fuera su deber, sino porque era su deseo. Por patriotismo. Y entonces es cuando me entra la nostalgia. ¿Sería eso posible en la España de hoy? No, porque falta precisamente eso: patriotismo. Yo no soy muy patriota, pero sí sé que patria procede de padre, y que identidad, puro nacionalismo, sin paternidad, patria, es como la comparación entre tradición y moda, o entre historia y política. Sólo algunas modas se convierten en tradición y sólo algunos políticos hacen historia. A España le falta patriotismo. Por eso, cuando nos sucede una desgracia, en lugar de unirnos contra el otro nos revolvemos contra nosotros mismos. España vive en permanente guerra civil. Ese es nuestro drama. Cuando la derrota se convierte en victoria es porque era necesario. En España, por el contrario, convertimos las victorias (por ejemplo, la conquista y evangelización de América) en derrotas. Eulogio López eulogio@hispanidad.com