• Fronteras abiertas sí; necedad generalizada, no.
  • Occidente debe abrirse al que sufre.
  • Pero no puede olvidar a Cristo, porque… el cristianismo es la esencia del Occidente libre.
  • Y el cristianismo fuerza a Occidente a volcarse en algo noble. Por ejemplo, atender al débil.
  • Ahora bien, puede llegar el momento en que haya que expulsar a los moriscos, si conspiran contra la mayoría.
No me gustan los días mundiales, un invento más de la masónica ONU para crear la religión universal y laica pero, como todo lo que sea mundialismo, con dogmas impuestos. Pobre del que piense por sí mismo: resultará ninguneado. En cualquier caso, el Día del refugiado coincide con una marea que no acaba: 126 refugiados ahogados en el Mediterráneo cuando pretendían llegar al Puerto de Palermo. Y todo esto se engloba en una paradoja: el estado natural de las fronteras es el de estar abiertas. Especialmente cuando el refugiado huye de la persecución. La globalización de la información, la tele, ha hecho que el emigrante se revista de refugiado, de perseguido. Y hasta aquí el principio sigue siendo válido dado que el emigrante que huye de la miseria también debería encontrar acogida. Por otra parte, Occidente necesita volcarse sobre algo noble. Está claro, Occidente debe abrirse al que sufre. Pero no puede olvidar a Cristo, porque… el cristianismo es la esencia del Occidente libre. Y el cristianismo fuerza a Occidente a volcarse en algo noble. Por ejemplo, atender al débil, al refugiado. Y más. Occidente siempre gana salvo cuando se suicida, cuando se olvida de Cristo. Dicho esto recordemos, y aquí está la paradoja, varias cuestiones: 1.- La emigración es mala. No hace más que desertizar de talento a los países pobres Así nunca saldrán de la pobreza. Para el desarrollo, hay que ayudarles sobre el terreno, no con movimientos de población, aun cuando no sean forzados. 2.- El emigrante o el refugiado tiene el deber de respetar al país que le acoge, no de conspirar contra él. 3.- Sin libertad religiosa, a los dos flancos del mediterráneo (y sólo lo hay en uno) vamos al enfrentamiento, vamos a la segregación. Incluso puede llegar el momento en el que tengamos que echar mano de la expulsión, sí, de la segregación religiosa. Los Reyes Católicos expulsaron a los moriscos porque los moriscos conspiraban contra la mayoría cristiana. E hicieron bien. Pero ahora mismo, lo primero es ayudar al refugiado. No pueden seguir muriendo ahogados en el Mediterráneo. Eulogio López eulogio@hispanidad.com