• Ese es el problema: las ramas de un naranjo no sobreviven sobre las raíces de un manzano.
  • O sale un monstruo, claro está.
  • A partir de ahí, lo que quiera. Por ejemplo, es imposible que el euro prospere sin mutualizar la deuda.
  • Y es imposible crear riqueza y posibilidades con planteamientos a la alemana.
Intelectuales, agrupaciones europeas y otros pesimistas claman contra el aumento de los populismos en Europa. Con lo del populismo se refieren a la extrema derecha, claro está, algo que hasta la crisis de los refugiados, y desde la caída del nazismo ha estado muerta en Europa. La que nunca ha estado muerta en Europa es la ultraizquierda, es decir, los comunistas, pero eso no interesa. En cualquier caso, el problema de Europa no son ni el Brexit, ni el populismo ni tan siquiera los refugiados (esta tercera la cuestión más importante de las tres). El problema de Europa es que es una realidad cristiana que se ha descristianizado. Y claro, las ramas y el fruto de un naranjo no crecen sobre las raíces de un manzano. La manzana puede ser tan buena como la naranja pero es otra cosa. ¡Pero si hasta la bandera europea es la enseña azul con doce estrellas de la Inmaculada Concepción! Ese es el problema por el que la UE está estancada, cuando no en retroceso. Si Europa atendiera a sus principios cristianos, no se habría creado el euro sin mutualización de la deuda. Es decir, una sola moneda con casi siete tesoros distintos y los alemanes aprovechándose del resto. Y además, no se permitirían las diferencias de oportunidades que existen según hayan nacido de un país rico o en otro son menos posibles. Pero eso sólo es la consecuencia. La causa es la descristianización. Y la culpa no es de los políticos, la culpa es de todos. Eulogio López eulogio@hispanidad.com