Tarde-noche del miércoles en Moncloa, felicidad máxima: Ciudadanos, el partido termita, el de los 10 diputados, apoya una nueva prórroga del estado de alarma. Con ello, y con un empujoncito del PNV, Sánchez ya cuenta con otros 15 días para caminar directos hacia la tiranía bolivariana.

Mientras Pablo Casado sigue controlado, monitorizado -o sea, que es una guiñol- de sus barones regionales, sobre todo del muy progre Feijóo y del progre-sureño-acomodaticio Juan Manuel Moreno, ese que pretende prohibir la comunión en España, algo fundamental para detener la pandemia.

El Gobierno le ha cogido tanto gusto al arresto domiciliario que pretende perpetuarlo

Dice Iván Redondo que a Pablo Casado le falta “épica”. A lo mejor no va desencaminado. Épica y una pizca de sangre en las venas. Monitorizado por los barones, don Pablo da un poco de lástima. Y Sánchez le puentea con esos barones y se burla de él.

En cualquier caso, el Gobierno le ha cogido tanto gusto al arresto domiciliario que pretende perpetuarlo. Es un golpe de Estado desde el Estado. Y les está gustando.