• Pero los islámicos no atacan a la laicidad: atacan a los cristianos.
  • Erdogan ha triunfado en Turquía: ¡Que no nos pase nada!
  • Nos cuesta entender que lo de Siria no es más que una guerra de cultos y culturas, donde el islam más fanático ha arremetido contra los cristianos y contra los musulmanes moderados.
  • Tampoco entendemos que el Islam se sabe perdedor en todas las batallas convencionales. Por eso, ahora practica la guerra terrorista. Y no hablo sólo del Califato.
Última y muy mala noticia. El chulo Recep Tayyip Erdogan (en la imagen) ha conseguido la mayoría absoluta en las elecciones turcas. ¡Qué no nos pase nada! Porque Erdogan, aparte de un miserable bastante hipócrita y muy ególatra, es un fundamentalista islámico, sólo que viste corbata. Y lo cierto es que el triunfo electoral de Erdogan todavía complica más a las mentes confusas. Incluso la cabeza mejor amueblada del gobierno Rajoy, la del titular de Exteriores, José Manuel García Margallo, yerra en este punto. En presencia del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, Margallo abogó por una Siria laica e inclusiva. Hombre, Margallo, Siria era más laica con Bashar al-Asad al mando que en guerra con los rebeldes. Entonces los cristianos no eran perseguidos. Porque la laicidad en los estados musulmanes consiste en que los cristianos también tengan derecho a empoderarse o que, al menos, tengan derecho a rezar sin que les asesinen. Y eso se hacía en la Siria de Bashar, ahora no. Además, si lo que entiende Margallo por laicidad es caminar hacia la nueva Iglesia estatal, donde el César no recibe la autoridad de Dios sino que es Dios quien la recibe del César, estaremos cayendo, no en el laicismo, sino en el regalismo. Cuando Pedro Sánchez, o el propio Margallo hablando de Siria, hablan de una solución laica están hablando de una vuelta al regalismo, a que el primer ministro se convierta en sumo sacerdote y el Parlamento en el elaborador, con el respaldo del BOE, de los nuevos mandamientos. Porque el Estado Islámico también es regalista. Su máxima es que el mundo civil, sea cual sea su culto o su cultura (raíz común la de ambos términos) se rija por la Sharia. ¿Y Erdogan es regalista? También. En resumen, una Siria laica es posible con Al-Asad, no con Erdogan. Eulogio López eulogio@hispanidad.com