Cuando insultas, la ironía se convierte en sarcasmo y el humor deja de ser un atenuante para convertirse en el peor de los agravantes, porque a la injuria se añade el ridículo de la víctima. Pero a Daniel Mateo le sigue doliendo España.

A mí me ha convencido.

Me convence menos la actitud el propietario de La Sexta, el grupo Planeta, que sigue manteniendo una cadena de la gente de derechas, como es Antena 3 TV y otra para la gente de izquierdas. Es lo que se llama coherencia planetaria.

Y la fiscal general del Estado quiere suavizar los delitos de odio ahora que afectan a los 'suyos'

Y en esas llega la fiscal general del Estado, María José Segarra, y dice que nos hemos pasado con los delitos de odio, que es la acusación que se ha lanzado contra Daniel Mateo. En efecto, se pasaron con los delitos de odio desde el momento en que los creó Zapatero y los amplió Rajoy: cuatro años de cárcel por algo tan invaluable como es el odio (que es un pecado, pero no un delito).

Ahora bien, Segarra quiere dar marcha atrás por casos como el de Dani Mateo, es decir, cuando se meten con los 'suyos' porque la izquierda es muy cínica y sabe perfectamente que el 510 del Código Penal se ha aplicado contra aquel que se haya atrevido, no a incitar al odio, sino simplemente a discrepar sobre: ideología de género, que eso sí que hay que perseguirlo y con saña. Aquí no discrepa nadie sobre lo políticamente correcto… según el PSOE.

Hasta ahora lo que se ha perseguido mediante el 510 del Código Penal ha sido a los discrepantes en materia de ideología de género

También estaba pensado para ofensas a la religión pero, qué casualidad, las femen que profanaron La Almudena han salido absueltas, al igual que la concejala de Podemos, Rita Maestre, y el propio Dani Mateo también salió absuelto cuando dijo que la cruz de Cristo (me importa un bledo que sea la del Valle de los Caídos o cualquier otra) era una mierda. Otros han sido condenados simplemente por discrepar, insisto, de cuestiones como la ideología de género

En resumen, es verdad que los delitos de odio no debían existir, bastaba con castigar la injuria y la calumnia, como se ha hecho siempre. Pero tiene narices que se cambie la ley cuando afecta a los nuestros.