• Las inocentes calabazas infantiles me temo van a coincidir con la demoniaca profanación de templos.
  • Aún faltan unas semanas pero druidas y brujas preparan el gran montaje comercial.
  • Y de inocente no tiene nada, aunque la obra sea interpretada por ingenuos.
  • Respecto a la festividad cristiana de Todos los Santos, Halloween supone prescindir de la vida eterna y quedarse con la muerte.
Cuidado con el Halloween 2016 porque Satanás está esperando el actual enfriamiento de los corazones. Y esta congelación del ser humano, en una sociedad casi hibernada, es la que tenemos ahora mismo. A los adoradores de la muerte como final, no como principio, les encanta la moderna fiesta de Halloween. La amargura contemporánea es campo abonado para una deformación de la Fiesta de Todos los Santos y del colofón de la festividad de Todos los Difuntos. Como los españoles somos bastante papanatas, nos hemos dejado llevar de una moda norteamericana por la que se nos ha colado Satán y que consiste en prescindir de la vida eterna y quedarnos con la muerte. Ninguna exageración. Halloween se ha convertido en una de las armas favoritas de los profanadores de templos y, sobre todo, del tesoro del templo, que es el Sagrario (no, no sólo hablo de la profanadora Rita Maestre). Así que mucho cuidado con Halloween (los anuncios comerciales ya están aquí), porque es una fiesta con apariencia inocente que nada tiene de inocente. Recuerden lo de un tal Saulo de Tarso: "todo es lícito pero no todo conviene. Todo es lícito pero no todo edifica". Y aquello otro del Evangelio: "Arrojó a los espíritus con su palabra". ¿Sería de extrañar que las calabazas infantiles coincidieran en el tiempo con más profanaciones de sagrarios que, por cierto, hay que defender? A mí no me extrañaría nada. Y no se lo dice un teólogo, ni un cura: se lo dice un periodista especializado en mercados financieros (se me había olvidado, se supone que ésta es mi especialidad). Pero como la bolsa es un poco rollo prefiero hablar de otros temas más interesantes y peligrosos: por ejemplo, de los ángeles caídos, que son, como diría mi admirado Jaime Campmany… un "poquito cabrones". Eso sí, no muy poderosos, su poder se lo hemos proporcionado nosotros. Falta más de un mes para la noche de difuntos, pero el druismo y la brujería, esto es, los profanadores, ya se preparan. Mejor no tener tratos con Halloween. Eulogio López eulogio@hispanidad.com