A Pedro Sánchez le ocurre lo mismo que a Asurancenturix, el bardo de Astérix: las opiniones sobre su persona están divididas. Él piensa que es genial, los demás, que se trata de un oligofrénico del poder que nos lleva a un gobierno frentepopulista, antesala de un enfrentamiento civil… si no guerra civil. En cualquier caso, la alianza PSOE-Podemos lleva a España al caos. Bajo el signo común -el único signo común- de la cristofobia y el anticlericalismo rabioso, se unirá con los neocomunistas de Podemos, hoy los separatistas catalanes y vascos, sin olvidar a los proetarras de Bildu. Entregará Navarra a Euskadi, aceptará los criterios indepes de Miquel Iceta, de quien se ha convertido en una marioneta, y la baladronadas de Gabriel Rufián o de Aitor Esteban con tal de permanecer en Moncloa.

Al Nuevo Orden Mundial (NOM) no le disgustan los comunistas mientras sean anticlericales

No es de extrañar, por tanto, que muchos españoles prefieran unas terceras elecciones generales en el mismo año a un Ejecutivo tan tenebroso como el que perfila el enloquecido Sánchez.

Ahora bien, todo este panorama es posible porque los españoles se dividen en dos: los aburridos y los cabreados.

La culpa la tenemos los españoles aunque el problema sea Sánchez.

El problema no es Pablo Iglesias, ni la cobardía de Casado, ni la chifladura de Quim Torra, ni el comer con los dedos de Gabriel Rufián, ni la soberbia vascas de Aitor Esteban ni Bildu, ni Miquel Iceta: el problema de España es el Pedro Sánchez que permite todo esto.

El enemigo del pensamiento único progre no es el leninismo, sino el cristianismo

La Operación Borrell no sale adelante porque el Rey Felipe VI, a pesar de que se está jugando la monarquía, no se atreve a dar el paso. Y el Nuevo Orden Mundial (NOM) única jerarquía que admite Pedro Sánchez… pues si no ha reaccionado aún es que no va a reaccionar.

Al NOM no le disgustan los comunistas mientras sean anticlericales. No se equivoquen, el enemigo del pensamiento único progresista no es el leninismo, sino el cristianismo.