Tengo para mí que la influencia de la jerarquía eclesiástica en la sociedad española empezó a decaer el día en que los tres jueves que relumbran más que el sol se trasladaron a domingo. Entre ellos, el Corpus Christi, claro, la fiesta de la adoración de la Eucaristía.

Una cesión tonta, porque si el Gobierno obliga a trabajar en día laboral lo que hay que hacer es vivir el día de precepto y el trabajo… como hacen en otros países con menos católicos en sus filas que España.

El traslado de la fiesta del Corpus al domingo fue una claudicación de la Iglesia que ahora pagamos caro

Detalles sobre la Eucaristía:

  1. Cada día hay menos gente que acude a misa los domingos pero aumenta la minoría que acude todos los días. No considero una osadía que los de diario creen más en la transustanciación que los del domingo.
  2. La oración permanente al Santísimo crece en todo el mundo, al tiempo que aumenta el odio hacia la Eucaristía con profanaciones y sacrilegios en cadena.
  3. La batalla que se aproxima, la madre de todas las batallas, es la batalla por la Eucaristía. Llegará un momento en que toda la cristofobia imperante pretenderá suprimir la Eucaristía. De nuevo a las catacumbas.

O es que alguien duda que este es objetivo final de la cristofobia imperante hoy.