La Unión Europea, ese paquidermo lento y egoísta, ha decidido imponer un 3% a las tecnológicas, hoy en día las mayores compañías del mundo. Todo ello en vísperas del Consejo Europeo en el que se juega su ser o no ser.

Para hacer boca, mientras se ponen de acuerdo para modificar el impuesto de sociedades.

Además, en una sociedad global no hay manera de luchar contra el fraude fiscal

El problema es este: estas compañías acostumbran a operar desde paraísos fiscales o países muy dignos… que son paraísos fiscales. Ejemplos: Holanda, Luxemburgo o Irlanda, todos miembros dignísimos de la Unión Europea (UE).

Por tanto, van a imponer un 3% das las grandes tecnológicas, especialista en este tipo de fraude, mientras se ponen de acuerdo para cambiar el impuesto de sociedades.

Lo inventó Cameron, cuando le dijo a Apple que tendía que pagar, no por los beneficios declarados, pues los declara fuera del Reino Unido, sino por los móviles y tabletas vendidas a los ciudadanos del Reino Unido. 

El problema es que convertir el impuesto de Sociedades en IVA no es jurídicamente sencillo

Ahora bien, en un mundo global plagado de paraísos fiscales y cuasi-paraísos, la única manera de coger al defraudador empresarial es cambiar el impuesto de sociedades por IVA, algo complejo desde un punto de vista fiscal y legal.

Pero es la única forma…. Y la más justa: a la gente hay que juzgarla, no por lo que gasta -que a lo mejor se lo merece-, sino por lo que gasta.