Cuando uno sigue el canal todo noticias de RTVE empieza a comprender porque la tele pública, la que mejor ejército informativo posee, cae en picado en las preferencias de los espectadores. Miércoles 2 de septiembre: se conocen las cifras del paro registrado correspondientes a agosto: 737.000 parados más en el último año con Sánchez. Y lo que es casi peor: como hemos recordado en Hispanidad, la Seguridad Social no se sostiene con una pérdida de 528.000 cotizantes en el mismo periodo.

Y Eurostat nos recordaba, horas antes, que España encabeza el desempleo en Europa, siempre a la espera de nuestro consuelo, Grecia. Esto es importante porque antes teníamos dos países por detrás de nosotros (Portugal y Grecia), ahora ya sólo nos queda uno para obtener la medalla de oro: país europeo con más desempleados. Eso sí, generoso con las subvenciones públicas. Aquí no tenemos trabajo pero repartimos limosnas, con las que el impecune va tirando aunque nunca salga de la pobreza.

Pues bien, según el medio estatal por antonomasia, agosto no ha sido mal mes para el empleo pero, eso sí, ha sido el menos malo de los últimos cinco años. El argumento es retorcido como una viruta pero no se crean que han tenido el menor problema en repetirlo a lo largo de toda la mañana. Estamos al servicio del Gobierno.

Al final, todo termina en las palabras de Ronald Reagan: el Estado no es la solución, es el problema

En cualquier caso, el español parece acostumbrarse al fatalismo del desempleo permanente. Eso sí, pregunta por qué lo que ocurre en España no ocurre en otros países, incluso mas pobres que nuestro país.

Pues miren ustedes reducir el paro en España no es tan difícil. Se necesitan tres cosas:

  1. Despido libre, con una indemnización pactada de antemano, pero libre. Con un contrato único, indefinido pero revocable. Insistimos, en España es más fácil divorciarse de tu esposa que despedir a un trabajador y eso que el empresario no es un pérfido que disfruta destruyendo la vida de sus empleados. Simplemente, contrata cuando necesita mano de obra y despide cuando deja de necesitarla. Ahora bien, si cuando contrato sé que no voy a poder despedir y que eso me va a asfixiar, entonces lo que hago es recurrir a contratos temporales, o a la economía sumergida. España es campeona de paro y de economía sumergida, al mismo tiempo. Y lo uno va unido a lo otro.
  2. Bajar las cuotas y sustituirlas por IVA. Recuerden, el empresario paga el 70% de las cuotas (eso no figura en nómina), un pago invisible que graba las cuentas de la empresa… y que propicia los falsos autónomos, la economía sumergida etc., etc., etc. Las cuotas son la principal barrera para la creación de empleo. Cámbienlas por IVA, como hacen otros países en Europa, y así las pensiones se financiarán con el gasto de la gente, no con el empleo.
  3. Salarios bajos dignos. Ahí sí tiene razón la izquierda, No se puede permitir un salario mínimo por debajo del 1.000 euros mensuales a cambio de una jornada semanal de 40 horas. Por menos de ese dinero ni se puede pensar en crear una familia. Eso sí, cuando subas el salario mínimo no subas en la misma proporción las cuotas. Los salarios bajos deben estar exentos de cuotas o volveremos a las andadas. Serán mínimos para el trabajador que lo cobra no para el empleado que le paga.

Así, con despido libre, IVA por cuotas y salarios bajos dignos sin subida de cuotas sí que podríamos aspirar al pleno empleo. Pero ese marco acaba en las palabras de Ronald Reagan: el Estado no es la solución, es el problema.