La colección de tópicos que se observa en esta crónica es como para echarse a temblar. Pero es una entre muchas.

Les cuento: El fiscal especial Robert Moeller, encargado del 'Rusiagate', concluye que no ha encontrado pruebas de que Trump sea culpable, pero tampoco de que sea inocente, tanto es así... ¡que podría ser culpable!

Como asegurara el irlandés, al que un testigo afirmaba haberle visto cometer el crimen y rebatió de esta guisa: yo podría aportar 1.000 testigos que no me vieron cometerlo.

La campaña anti-Trump, en todo el mundo, empieza a adquirir tintes de demencia.

Ya no se trata de que todo el mundo sea inocente mientras no se demuestre lo contario: se trata de que todo el mundo es culpable, tengamos prueba o no. Porque si no las tenemos, ¿quién puede predecir que las tengamos en un futuro?