CCOO y UGT anuncian movilizaciones porque les parece que el Gobierno Sánchez es un poco blandito. Ellos sí que entienden de pacto social y por eso le han recordado que no hay por qué esperar a un acuerdo con los empresarios: los sindicatos exigen y el Gobierno obedece.

De entrada, le piden dos cosas: una reforma de las pensiones en dirección opuesta al sentido común (sea justo o no, que esa es otra cosa) y acabar con la reforma laboral de Fátima Báñez, que fue una buena reforma, aunque, precisamente, se quedó corta.

Concretando: Unai Sordo (CCOO) y José Luis Álvarez (UGT) exigen al Gobierno de Pedro Sánchez que anule la reforma laboral y una reforma sobre pensiones. Justo lo contario de lo que se puede hacer, de lo que se debe hacer, o de ambas cosas a la vez.

Y exigen pensiones más altas cuando el sistema está quebrado

Toda reforma laboral debe tener esos tres ingredientes: despido libre, impuestos bajos y salarios dignos. Toda reforma de pensiones debe considerar que el envejecimiento de la población nos conduce a la ruina.

Pero CCOO y UGT se han convertido en sindicatos termita. Por eso exigen cambios que… nos llevan a la ruina. Y no por consenso, que ahora están los nuestros en el poder.

¿Acaso existe otra reforma de pensiones que la de reducir la cuantía de las pensiones? Sí, existe una alternativa: jubilarse más tarde. Porque las pensiones españolas no son altas, pero en un país tan envejecido como España es una locura pensar que se pueden mantener unas pensiones dignas sin hacer dos cosas: a corto plazo, retrasar la edad de jubilación de forma brusca; a largo plazo, pero empezando ahora mismo, fomentar la natalidad.

En definitiva, los dos sindicatos oficialmente mayoritarios, CCOO y UGT, se han convertido en dos sindicatos termita.