• O sea, lo que hoy denominamos 'valores'  y que siempre hemos llamado 'moral'.
  • Ni la raza, ni la nación, ni las clases sociales, ni tan siquiera los derechos del hombre, pueden cumplir ese papel.
  • Cataluña y España disfrutaban de esa misma religión: la cristiana.
  • Y como Cataluña y la totalidad de España se han descristianizado, no hay nada que los mantenga unidos.
"La raza es un factor importante dentro de las cosas humanas y de los ordenamientos sociales, pero no es el factor dominante o central. El factor dominante y central es, como siempre debe serlo, una tabla de valores aceptada, especialmente de valores morales. Y a tal tabla de valores le llamamos religión". Son palabras de Hilaire Belloc hace un siglo y encajan como un guante con el problema catalán actual. Pero ojo, el que fuera uno de los primeros diputados católicos en Westminster, cuatro siglos después de Enrique VII, continúa: "los que entienden de cuestiones públicas aún menos que los racistas, adjudican a la nacionalidad un rol prominente similar al que aquellos asignan a la raza. Y eran más que los racistas porque una nacionalidad común no obliga al hombre, salvo en el caso de que la nación sea erigida en ídolo para ser adorada por todos". Con ello, Belloc está definiendo al fascismo. Para crear naciones, países, estados, se necesita una sola cosa: una religión común. Al menos, una moral común. Los idiotas insisten en que eso atenta contra el pluralismo. Pero sólo por eso: porque son idiotas. Y ahora piensen en esto: Cataluña y España disfrutaban de esa misma religión: la cristiana. ¡Y como Cataluña y la totalidad de España se han descristianizado, no hay nada que nos mantenga unidos! Necesariamente tendremos que remitirnos al pasado, al origen cristiano de España y de Cataluña. Eulogio López eulogio@hispanidad.com