España sólo tiene un problema y no es Cataluña. Tampoco es el neocomunismo podemita, aunque algunos sigan viendo a Pablo Iglesias como el peor de los malos posibles.

Y esto porque, tanto a los nacionalismos catalán o vasco (reconozco que éste algo menos que aquel), como a los podemitas se les ve venir, a los socialistas no.

El PSOE siempre ha defendido la teoría de los incontrolados, desde 1936 hasta aquí: si un socialista asesina no es socialista, “no nos representa”.

Pero el PSOE no, el PSOE es un partido democrático, progresista pero moderado. Curioso, porque ambos términos eran históricamente contradictorios. Ahora, al parecer, casan perfectamente en un mismo sujeto.

Un socialista es un señor a la que una mamá burguesa aceptaría como yerno.

Es más, Pedro Sánchez, apuesta por resulta progresista y moderado que, como es sabido, es una contradicción en origen.

Pero no es así. Con algunas excepciones, el problema de España siempre es el PSOE, por su cristofobia y por su inclinación homicida.

Si todo el partido apoya a los asesinos nos declaramos pacifistas y hasta otra

Sí, homicida. Por supuesto que Santiago Abascal tiene razón cuando habla de la “historia criminal” del PSOE. Los chequistas de la II República y la Guerra civil, los hacedores del Frente Popular, no eran anarquistas ni comunistas: eran ambos y también los socialistas.

Eso sí, al revés que los comunistas, siempre masónicos, el PSOE siempre ha defendido la teoría de los “incontrolados”, desde 1936 hasta aquí: si un socialista asesina no es socialista. Como diría Gabriel Rufián, “no nos representa”.

Así, las amenazas durante el periodo 1931-1939 fueron perpetradas, en buena parte por socialistas, pero nadie se la atribuye hoy al PSOE (sí a comunistas y la FAI) sino por incontrolados, ajenos totalmente al PSOE y sus altos cargos gubernamentales. Indalecio Prieto y Largo Caballero no cometerían asesinatos: simplemente ordenaban cometerlos.

Indalecio Prieto y Largo Caballero nunca perpetraban asesinatos: sólo los ordenaban

Y si es el conjunto del partido quien ha apoyado, secundado y potenciado la violencia pues entonces nos declaramos pacifistas: amedrentamos, amenazamos, injuriamos, calumniamos, intimidamos… pero jamás levantamos la mano. 

No, el peligro de España nunca está en los extremos. El problema de España no es Podemos. El problema de España siempre es el PSOE, por su cristofobia y por su inclinación homicida.